miércoles, 31 de octubre de 2007

La Nada

Me pierdo en un lugar donde la luz es mezquina, nada es y todo parece lo que no es.

La flor de la incertidumbre crece y se hace fuerte entre la espesa hierba de inseguridades que me ofrece una ciudad ajena.

El sonido de una melodía es capaz de hacerme flotar por encima de las azoteas y me demuestra la insignificancia de mi “yo” en una sociedad repleta de historias. Me dejo arrastrar…me pierdo…pero no puedo dejar de mirar hacia abajo y eso me priva el desarraigarme de un lugar que me hace ser un insignificante en su totalidad.

Muero cada segundo que pasa y me resisto con fuerzas para negar mi insolvencia, pero nada puedo hacer contra el derecho a morir que me gane por haber nacido.
La edad de mi cuerpo parece no corresponder con las inquietudes y dudas juveniles de mi cerebro, pero así también indirectamente me voy asegurando el camino hacia el horizonte, el fin, la muerte.

Estos pensamientos surgen con la necesidad de descubrir y desenredar inquietudes existenciales filosóficas que no dejan de evidenciar el egocentrismo del ser humano. La vulnerabilidad de mi ser conciente hoy me permite conocer la seguridad de ser parte de un todo que es casi la nada en una línea temporal que puede ser infinita. Floto me pierdo, voy pero siempre regreso, siempre algo me trae a ese punto de cordura donde soy succionado por una fuerza que me hace conciente en una sociedad de aturdidos y resignados.

Soy un instante, pero me pierdo tratando de entender lo que soy o porque soy y peor aun quiero saber lo que seré. Pobre de aquel que en esto pierda su instante, será sin ser conciente la nada.

3 comentarios:

Angie Sandino dijo...

Hola! vengo desde el rincón de Txamba y bueno, interesante tu blog y esto que escribes sobre pasar el tiempo recorriendo los instantes que pasaron, pasan y quizas pasarán, sin darnos cuenta del todo ó intentando no atender lo verdaderamente importante...

Un beso!

anonimus dijo...

me ha gustao lo que he leído... interesante lo que dices.

nihil dijo...

La nada es una posesión, puede durar unos instantes o llegar a la eternidad, formando parte de un todo.